PEQUECHIQUI VIAJEROS: CHULILLA, BUÑOL Y YÁTOVA.

Este pasado fin de semana celebramos nuestro vigésimo noveno aniversario en un pequeño pueblecito de Valencia llamado La Portera.

Fue nuestro campo base y desde allí hicimos un par de excursiones a varios puntos previamente estudiados por Rosa. Nuestro primer destino fue Chulilla, donde realizamos una parte de la ruta de los puentes colgantes. Hay un parking público en el pueblo con un pago de 4 euros para todo el día y queda a unos 500 metros del inicio de la ruta. Nosotros optamos por seguir un poco más adelante y conseguimos aparcar en la misma entrada.

Pagamos una tasa de 1 euro para acceder a la misma para su conservación. La zona se llama Los Calderones y tiene una vistas increíbles. Vamos continuamente bordeando el río desde una altura considerable formando una gran cañón hasta que llegamos al espectacular primer puente. Después hay tramos de subidas y bajadas por escaleras hasta que llegamos a un segundo puente.

Nosotros continuamos el camino hasta llegar a un embalse y como el tiempo se nos echó encima, decidimos volver sobre nuestros pasos para realizar así una ruta lineal. Muy fácil para todas las edades aunque conviene vigilar a nuestros peques.

Ya en el pueblo, comimos en un restaurante llamado Goscanós, donde degustamos una rica escalivada y un delicioso arroz con curry. Una vez repuestos y llenos de energía recorrimos las callejuelas de este bonito lugar y bajamos al río para iniciar otra pequeña ruta hasta llegar al Charco Azul.